Versalles
fue la residencia real por más de un siglo, desde 1682 y hasta 1789, la inicio
de la revolución francesa.
Comenzó
por Luis XIII con la idea de que fuera una casa de campo para cazar en las
afueras de París en 1624.
Fue el
hogar de Luis XIV, quien con dos hombres a cargo de la obra: Charles Le Brun,
pintor y decorador; y Andre Le Notre, arquitecto de paisaje despejaron
aproximadamente 37,000 acres de tierra para hacer sitio a las terrazas, caminos
de árboles y plantas florecientes.
En el año
de 1676, a otro arquitecto, Julio Hardouin-Mansart, lo pusieron a cargo de
reajustar y agrandar el edificio, se agregó un segundo nivel y un pasillo de
espejos, se añadieron las alas norte y sur. Mansart dirigió la transformación
que incluyó el cambio de las alas de los ministros, el ala meridional, el
pasillo de espejos, de mármol a mobiliarios de plata.
A finales
de la vida de Luis XIV fue terminada la construcción de Versalles.
En el año
de 1708 y después de la muerte de Mansart fue reconstruida la capilla por
Roberto de Cotte.
La corte
fue movida en 1722 por Luis XV y a su mayoría de edad llegó a ser rey. Se
nombró al arquitecto oficial del rey, Anges-Jacques Gabriel, en 1742. Se
hicieron nuevas adiciones al palacio como el salón de Hércules, la casa de ópera
y el Petit Trianon, todas supervisadas por Gabriel.
En 1755
se redecoró la Cámara del Consejo del rey. El estilo de Gabriel cambió de
Rococó a un estilo neoclásico más ligero.
Con mas
de 36,000 trabajadores involucrados en el proyecto, el siglo próximo se activo
de nuevo la reconstrucción del palacio y una vez terminado era capaz de
acomodar a 5,000 personas, incluyendo la servidumbre.
Durante
la guerra de los siete años Francia pierde la mayor parte de sus posesiones de
ultramar ante Gran Bretaña.
Luis XV
le dejó a Luis XVI una deuda de 4,000 millones de libras que al morir se
cargaron al Estado en 1774. A pesar de la deuda Luis XVI y al mando de
Anges-Jacques Gabriel hizo que fuera construida una biblioteca nueva en sus
apartamentos privados en Versalles.
En 1788
Francia estaba en quiebra por lo que en 1789 una multitud de parisienses
marcharon hasta el palacio y se llevaron a Luis XVI junto con su familia como
presos, el palacio de Versalles se puso en manos del nuevo gobierno. Los
muebles reales fueron vendidos y dispersados.
Napoleón
Bonaparte comisionó el trabajo de la restauración del palacio. En 1837 fue
inaugurado el palacio como un museo de la historia francesa.
En 1871
se proclamó el imperio alemán en el Pasillo de Espejos y en 1919 fue firmado el
tratado de Versalles el cual pone fin a la Gran Guerra.
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